martes, julio 2

T -182. Todo fue un sueño...

 Amanecí con la nuca mojada, había sido una noche de resaca. No recuerdo si por un cumpleaños o simplemente una excusa cualquiera para ir al Café de la Feria en la Plaza Dorrego en San Telmo. Habíamos tomado mucho clericó (así sin la "t" final y con mucho acento).

No, perdón, claro... no fue el fin de semana pasado, fue hace más de 20 años... Diciembre de 1990, o enero del año siguiente. Fue después de haber terminado los exámenes de diciembre del primer año de la carrera de Comunicación Social en la Universidad del Salvador.

Para ese entonces yo estudiaba teatro en el taller de Lito Cruz y habíamos hecho ya la muestra de fin de año que se llamó "En esa vieja taberna" en el Galpón del Sur, una sala con un encanto muy especial que desapareció un par de años después.

El sueño transcurría en esa sala, y develarlo sería contar una de las escenas centrales de la inpublicada PLUVIOPHILIA.

Quedé tan impresionado con esas imágenes que anoté algunas cosas en el cuaderno Rivadavia que usaba en el taller literario autogestivo que nos habíamos inventado con Natacha, Mara, Flor y Santy.

Lo curioso es que un par de noches después volví a soñar con ese mismo entorno, los mismos personajes, como una secuela (literal y literaria) de esa revelación.

Es claro, más de 20 años más tarde, que no pude ignorarla, y que tuve que escribir sobre ella, y mucho.

Hubo momentos de profundo desencanto con lo que surgía al sentarme a escribir, y decidí echar mano de técnicas de "sueño lúcido" sin resultados sorprendentes. Eso sí, para quien le interese hay un libro fenomenal al respecto de Consuelo Barea que se llama inequivocamente "El sueño lúcido".

Creo que escribir, al menos para mi, tiene que ver con mi inconsciente, mi sombra, buscando expresarse a través de las palabras, queriendo llegar de algún modo al mundo consciente. Supongo que por eso Alicia en el país de las maravillas siempre me fascinó.

Hoy desperté con un beso de buenos días sacándome de una batalla a garrotazos con un monstruo mecánico que tenía como objetivo destruir nuestro edificio. Ese es otro sueño, aunque no creo que vaya a convertirse en libro.

No hay comentarios.: