lunes, julio 8

T -176. ¿En qué se parece una vaca a un triángulo?

Pensando en la entrada anterior de este blog, me di cuenta de cuánto cada uno de los tres proyectos habla de mi. Y en cuánto se parecen los dos primeros, o cómo uno habla del otro...

Hablando con Javier Martínez Madrid, un gran autor, bloguero y amigo, me ayudó a descubrir hasta qué punto uno puede enamorarse de no querer cerrar un círculo... De marzo de 1992 a hoy han pasado 21 años, media vida... ¿Cuánto pesa llevar media vida un proyecto inacabado en el alma? Digo "alma" sin ánimos de ponernos metafísicos, podría decir "mente" y seguiría pesando lo mismo o aún más.

Rodin nunca pudo terminar la versión "definitiva" de las Puertas del Infierno, y hasta la versión que se exhibió en la Feria Universal de París a principios de este siglo, la hizo en carácter de "borrador". Murió sin terminarla. Todo lo que hizo en su vida de escultor tuvo o tiene un lugar en esa obra magnífica y colosal, hasta "El pensador" o "El beso".

En uno de los capítulos originales de Pluviophilia aparecen las puertas de Rodin, como una de las entradas al teatro que diseño Michael Eisen, uno de los enigmáticos personajes del libro.

No me comparo con Rodin, él era un genio del dibujo y la escultura con enormes problemas para relacionarse con la gente. Yo estoy tratando de publicar un libro en el que llevo trabajando media vida. El paralelismo se acaba ahí, gracias.

Más allá de eso, reconozco esta cosa de "obra colosal inacabada" que lo persiguió toda su vida. Su figura siempre me resultó misteriosa y a la vez familiar. Recuerdo cuando vi la película de Bruno Nuytten protagonizada por Gérard Depardieu e Isabelle Adjani y comprendí el tamaño del genio de ese hombre. Y el tamaño del corso a contramano que tenía en su cabeza y su corazón. Eso me llevó a visitar el Museo Rodin en París y en Meudon una decena de veces, y a leer la increíble biografía que escribió Ruth Butler (la mejor que existe hasta la fecha).

Si en algo puedo superar a ese genio, del que he escrito en el borrador inacabado de "Las puertas de Auguste", es en terminar mi elefante blanco, mi Moby Dick y dejar atrás por fin esa etapa... Y el paralelismo se vuelve a acabar ahí, gracias de nuevo.

Aún la pregunta de la entrada anterior está abierta. Si aún no dejaste tu respuesta, te invito a que me dejes tu comentario.

Cuando tenía unos ocho años, mi abuela me enseñó esta especie de adivinanza: "¿En qué se parecen una vaca y un triángulo? Una vaca es una res. Res en portugués es nada. El que nada no se ahoga. El que no se ahoga flota. Una flota es una escuadra. Una escuadra es un triángulo."

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